Desde que
salimos de la Villa de los Maestros Titus B. está de muy buen humor.
Parlotea todo el tiempo y abre
y cierra el Libro Grande en
busca de cualquier cosa nueva que enseñarme.
- ¿No extrañas a Nimue?
Las pocas
veces que se queda callado es porque le he hecho esa pregunta. Esas veces cierra el Libro si lo tenía abierto y mira al frente.
Nunca me contesta.
- La echo mucho de menos, Titus B.
Se para y
se sienta muy serio bajo cualquier arbusto. Se para y se sienta y en una ocasión lo hace encima de
algo raro.
Había luna
llena aquella noche. Y el asiento del duende resultó ser un manuscrito maravilloso...
Una genial historia, me encanta ^^
ResponderEliminarFelicidades por tu nuevo post y muchos ánimos!
¡Muchas gracias, Marc!
EliminarNo imaginas lo que agradezco esas líneas y esos ánimos :)
¡Un abrazo!