Y hoy, desde esta parte del camino en la que apenas si nos rozan las
ramas de unos pocos arbustos que no me llegan ni a la cintura, se ve mucho azul. Y muy azul :)
De modo que
se ha parado. No quiere seguir andando mientras se
vea el cielo, me dice.
No va a
seguir andando.
Y me mira
al compás que enarca una ceja. Solo una: la derecha. La izquierda la
deja quieta. Imagina cómo lo hace, trata de imaginártelo porque es muy
gracioso. Y me entran muchas ganas de reírme -en su cara, ¡madre mía!- de la
cara que se le pone. Pero me aguanto porque se va a enfadar más. Y a lo mejor
hasta se va. Que sí. Que tú no lo conoces. Que Titus B. es el ser más
susceptible que puedas encontrarte en este mundo.
El Libro lo tiene abierto. Pero ahora no escribe. Me
va a leer. Si es que es muy gracioso. Me va a leer. Date por enterada,
mujercita, que esto que voy a leer va por ti. No te creas que va por el
monstruo de San Borondón.
Ay de mí.
Me digo sin decirlo. Qué duende.
En fin, que
escucho lo que sea que me quiera leer esta tarde. Algo escrito en el siglo XIII por
el alquimista Artefius. Y lo hago en silencio. Que cuanto más brilla el sol
más azul se pinta el cielo y más enfadado se pone él metido ahí en su
cuerpecillo diminuto :)
«¿Acaso no
se sabe que el nuestro es un arte cabalístico? Con esto quiero decir que se revela solo de palabra y que está lleno de secretos.
Pero tú,
pobre insensato (aquí es donde CLARAMENTE entra la referencia a mi persona), ¿serás lo bastante necio como para
creer que nosotros revelamos clara y abiertamente el más grande y más
trascendental de todos los secretos, de forma que pudieras tomar nuestras
palabras al pie de la letra? Te aseguro en verdad –pues no soy tan celoso como
los otros filósofos– que aquel
que quiera interpretar de acuerdo con el significado ordinario de las palabras
lo que han escrito los otros filósofos, se
perderá en los pasadizos de un laberinto del que nunca podrá salir, pues le
faltará el hilo de Ariadna para orientarse y hallar el camino...».
No hay comentarios:
Publicar un comentario